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viernes, 12 de noviembre de 2010

Red Socialista

I
Venimos de la militancia y convivencia en consejos comunales, sindicatos, medios comunitarios, partidos, movimientos estudiantiles, grupos culturales y ese generoso y ancho mundo de las organizaciones y movimientos sociales. Desde allí juntamos ánimo y voluntad para sumar fuerzas en favor de la revolución y el socialismo.
Reunimos, por tanto, experiencia, pero sobretodo disposición para continuar las luchas de hoy, tejiendo redes que hagan posible el sueño y el trabajo compartido por la creación de ciudadanía, democracia, socialismo, y poder popular.


II
Sabemos que en el mundo complejo de hoy no se puede pensar que resulta suficiente con “vivir y dejar vivir”. En medios de tantos problemas y retos son necesarios espacios comunes para desarrollar una política revolucionaria, que nos permita avanzar hacia el fortalecimiento del poder popular en las comunidades.
Es urgente y necesario que cada socialista revolucionario se reconozca como lo que es, como un organizador popular o tejedor de redes; y más urgente es que esos intentos y esfuerzos de cada uno confluyan en el río de esperanzas y de luchas permanentes, que actualmente recorre a la sociedad venezolana. Bien lo dijo Helder Cámara, baluarte de la teología de la liberación y arzobispo brasileño, “cuando soñamos solos es sólo un sueño; cuando soñamos juntos es el comienzo de una nueva realidad”.

III




En los últimos años, Venezuela experimenta una serie de transformaciones sociales y políticas. El punto de partida puede ubicarse en el levantamiento popular del 27 de febrero de 1989. Luego han ocurrido una serie de puntos de inflexión: el 4 de febrero de 1992, el 27 de noviembre de ese mismo año, la victoria electoral del Presidente Hugo Chávez en 1998 y sus sucesivas victorias en otras confrontaciones electorales, la reacción popular del 13 de abril de 2002 que acabó con el golpe militar contra Chávez y el gobierno bolivariano.

IV
En todo este proceso un hecho relevante es el liderazgo que encarna el Presidente Chávez, con demostrado apoyo popular. Chávez sustenta su discurso y su presencia en la oferta de cambios retadores, verdaderos y revolucionarios. Aquí eso está claro. Hay que cambiarlo todo, para sustituir, superar y dejar atrás las prácticas puntofijistas de la IV República. Hay que cambiar las viejas costumbres en el ejercicio de la política, de las formas de conducción del gobierno, de elaboración y desarrollo de las políticas públicas, para con otra visión política y otro liderazgo propiciar cambios revolucionarios en el país.

V
La promesa de cambio revolucionario está suficiente y peligrosamente amenazada, no solo por la ofensiva que viene desde la derecha nefasta, articulada con los intereses estadounidenses, sino paradójicamente por la persistencia de prácticas burocráticas y de corrupción, que siguen enlodando al gobierno bolivariano.
No se han desarrollado formas efectivas de contraloría social y la burocracia impone su insensibilidad, su ineficacia y su displicencia. Los problemas sociales, la pobreza, la desigualdad social, los problemas graves de desabastecimiento, la inseguridad, la imprevisión en los servicios públicos, golpean la esperanza del cambio revolucionario.
En el contexto de esta hora, hacen faltan críticas para que el gobierno no se conforme con ser gobierno, y para que entienda que su misión está muy claramente definida: hacer la revolución.

VI
En la medida que se ha avanzado hacia un ejercicio político que propone el socialismo y ha crecido la organización popular; en la medida en que se ensayan políticas de inclusión social y se combate la pobreza, en Venezuela se desarrolla un fenómeno peligroso: insurge un movimiento de derecha, conservador, neoliberal, que justificándose en sus críticas a Chávez y el gobierno, promueve la discriminación social de manera abierta, se burla de las expresiones populares, reniega de nuestros orígenes indígenas, se opone a cualquier política de orientación popular, coloca la forma estadounidense de vida como el ejemplo único a seguir, en fin, estamos ante un movimiento abiertamente de derecha y audazmente fascista que propone el regreso del neoliberalismo salvaje.

VII

La arremetida neoliberal, disfrazada de oposición en Venezuela, se apoya en un poderoso aparato mediático que está en todas partes e invade la vida cotidiana. Permanentemente destila su veneno y valida lo que dicen los dueños del capital. Su lógica es muy clara: lo que dicen los poderosos es noticia, no importa que sea verdad o no.
Desde el gobierno bolivariano se ha dado una respuesta comunicacional que se traduce en medios al servicio del Estado, combate a los medios privados, creación de la Ley Resortes y de otras leyes, sin embargo, todo eso resulta insuficiente si no se le da protagonismo al pueblo, si no se abren los micrófonos para los dirigentes populares y comunitarios y si todo el esfuerzo de comunicación no favorece y facilita la creación de un tejido de organizaciones populares.

VIII

Postulamos una política revolucionaria que asuma los retos del socialismo venezolano, lo cual significa, trabajar en la participación y organización popular, garantizar la calidad revolucionaria en las acciones que se desarrollan en educación, salud, seguridad, servicios públicos, deportes… Trabajar todos los días para impedir el regreso de la derecha neoliberal, promover con palabras y hechos la solidaridad y la cooperación y revertir las relaciones mercantiles que hace ver que el éxito humano se concentra en el consumismo compulsivo.

IX

Para asumir los retos actuales de la acción revolucionaria nos juntamos en este espacio común para la re-flexión, el diálogo, el debate y el desarrollo de actividades y acciones comunes. Aquí nos encontramos para crecer en la lucha y para dar cauce al liderazgo revolucionario.
Te extendemos un abrazo y te invitamos a sumar fuerzas en esta Red Socialista.

Aquí nos juntamos,

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